Hoy fue un día muy especial para el alumnado y el profesorado del cole.
Recibimos la visita de las chicas del coro gospel Magalasy, acompañadas de José Luis (el fundador) y un gran equipo de voluntariado de la ONG Agua de Coco con la que ya empezamos a colaborar el año que pasado.
Basándonos en la metodología del Aprendizaje Basado en Servicios, y girando en torno a los derechos de la infancia, durante este primer trimestre estamos desarrollando el proyecto «Corazones Solidarios» que busca sensibilizar y concienciar a nuestro alumnado de que hay otras niñas y niños que viven de «diferente manera», con circunstancias especiales, que merecen nuestra ayuda, apoyo y de quienes podemos aprender más de lo que imaginamos.
En este curso escolar vamos a trabajar con 4 entidades (una por cada uno de los ciclos), a las que además de «ayudar» con la recaudación de nuestra tradicional «Carrera Solidaria», vamos a ofrecer otra forma de colaborar con ellas.
Nuestro alumnado de tercer ciclo, que ya el año pasado tuvo un contacto por vídeo conferencia con una de las escuelas que la ONG Agua de Coco tiene en Madagascar, realizará sus propuestas para ofrecer su granito de arena a esta noble causa.
Ya han empezado su trabajo de investigación sobre Agua de Coco, plasmado en un maravilloso mapa y seguirán teniendo contacto con los coles de Madagascar.
El alumnado de 6º fue quien se encargó de dar la bienvenida, en nombre de todo el cole, a las chicas del coro gospel con una danza sobre una canción africana. Emma Gaitán, en representación de sus compis de 5º, dedicó unas emotivas palabras a las chicas del coro.
Después, las chicas estuvieron con nuestras niñas y niños de infantil. Les cantaron un tema de su repertorio y recibieron con sus dulces sonrisas el «regalo» de nuestros peques del cole: un poema recitado por el alumnado de tres años, el alumnado de cuatro años les cantó la tardará y terminamos con «Las cosas del querer», interpretada por el alumnado de cinco años.
Tras un breve desayuno con algunos postres en la «sala Ultravioleta» (la del profesorado), las chicas pasaron a la pista roja de primaria donde además de mezclarse con el alumnado de 6º para volver a hacer la danza, nos interpretaron otro de sus temas, con el bis de Harris, que en un perfecto castellano nos cantó la copla «Soy minero».
Luego llegó el turno de las propuestas artísticas de nuestro alumnado de primaria para las chicas: «Verde que te quiero verde», (5º), «Bon jour ça va» (4º), el alumnado 2º C les explicaron su investigación sobre Madagascar y les cantaron un canción, 2º B les recitaron unos trabalenguas y el alumnado de 1º les cantaron una canción sobre el cuidado al planeta. Las chicas terminaron esta sesión jugando al juego de las sillas musicales.
En el gimnasio las esperaba el alumnado de 3º A que había preparado una genial entrevista con sus preguntas y curiosidades y cerraron su jornada escolar visitando a su «curso hermano» de 6º C a quienes regalaron unos preciosos collares realizados con semillas de baobab, el árbol tan característico de Madagascar.
Como estaban invitadas al comedor y tenían que esperar por edad al segundo turno aprovechamos ese ratito para convivir con ellas de manera más distendida jugando un partido de fútbol femenino, charlando con ellas o siendo peinadas con trenzas.
Finalmente nos despedimos de este maravilloso grupo humano tras un almuerzo en nuestro comedor escolar, donde disfrutaron de una rica sopa y un sabroso guiso de sepia.
Todo esto que pretende ser una crónica de lo ocurrido hoy en nuestro cole se queda corto con lo que en realidad hemos podido sentir todas las personas que hemos tenido el lujo de vivir esta experiencia. No hay palabras para describir lo que hoy se llevan nuestros corazones a casa.
Porque la escuela es más que lengua, mates, ciencias, inglés… porque además de enseñar, también educamos, porque de una sonrisa se puede aprender tanto, porque unas voces pueden conmoverte haciendo alforar sentimientos muy profundos, porque creemos en un mundo mejor, el que deben vivir estos niños y niñas, porque días como hoy no se olvidarán… y por mil razones más ¡Gracias Agua de Coco! ¡Gracias «chicas Magalasy»!