Comienza el curso 2020/2021 y lo hacemos con gran ilusión pero también con mucha incertidumbre, miedos y con muchas dudas ante una situación, la generada por el COVID-19, que ha cambiado nuestras vidas tal y como eran hasta hace unos meses.
Como decía Benedetti: “ Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas”.
La escuela que se vuelve abrir ahora en septiembre no puede ser ni será igual que la escuela de la que salimos forzosamente allá por el mes de marzo.
La convivencia entre nuestro alumnado no podrá ser igual que antes. No podremos realizar encuentros a nivel de centro, la mayoría de las actividades complementarias y salidas extraescolares tendrán que ser pospuestas para “tiempos mejores”, hasta los simples partidillos de fútbol antes de la entrada de las clases o del comedor no serán posibles este curso.
Muchos cambios que se avecinan ante los que deberemos aprender a responder con mucha resiliencia, uno de los antídotos necesarios antes de que inventen la vacuna clínica contra este virus.
Deberemos saber afrontar las situaciones hasta ahora cotidianas con otra mirada, con otros ojos, tal vez, como diría el maestro Tonucci, “con ojos de niño y de niña”.
Por eso, el “siempre se ha hecho así” o el “otros años se ha hacía…” ya no nos vale porque otra de las cosas que nos está enseñando este fatídico bichito es que la situación puede cambiar de un día para otro.
Además de resiliencia necesitamos fortalecer nuestra paciencia y comprensión a la hora de entender que en la toma de decisiones son importantes la mesura, la tranquilidad y la paciencia y que no debemos dejarnos guiar por emociones o sensaciones negativas, como el miedo, la preocupación o la ansiedad.
Quizá ahora mismo lo más importante no sea tener todos los libros comprados y forrados, ni el material fungible preparado (material que no se ha recomendado otros años hasta la primera reunión informativa de tutoría una vez iniciadas las clases…) sino ir preparando a nuestros niños y a nuestras niñas ante los cambios que se les avecinan en una situación a la que deberán acostumbrarse rápidamente y en la que más que nunca, y a veces contra natura, deberán respetar unas estrictas normas de convivencia e higiene, que impedirán poder realizar gestos tan naturales y cotidianos como abrazar a sus amigas y amigos, a sus seños, compartir sus materiales o jugar con compis de otras clases…
También las familias deberemos acostumbrarnos a entrar en el centro para lo estrictamente necesario y realizar el máximo posible de gestiones de manera telemática.
Está en juego la salud de muchas personas: de nuestros niños y de nuestras niñas, de nuestro equipo docente y del personal de administración y servicios y la de cada miembro de todas las familias de cada una de las más de 700 personas que diariamente vivimos en el Sierra.
Por todos estos motivos, y a diferencia de otros centros educativos, no hemos querido adelantarnos a la hora de tomar decisiones y elaborar durante las vacaciones un protocolo COVID-19 cerrado, rígido y encorsetado que no contase luego con el mayor consenso posible de toda la comunidad educativa.
Somos conscientes también de que en ese sentido se terminarán tomando decisiones que no satisfarán plenamente a todo el mundo, pero nuestra intención es encontrar y planificar soluciones que obtengan el mayor respaldo posible y que dentro de que sabemos que “el riesgo cero no existe, salvo confinados”, “que la escuela perfecta jamás existió” y que no va a ser posible que se den las condiciones laborales ideales que docentes y familias desearíamos (ratios, espacios, medios…), queremos que se adopten las mejores medidas a nuestro alcance para que nuestro alumnado y los más de 70 profesionales que trabajamos en el cole acudamos a él con las mayores garantías posibles.
Para ello, después del periodo estival en el que el equipo directivo hemos estado trabajando ante los diferentes escenarios que se pueden presentar, analizando diferentes modelos de protocolos, con una normativa e instrucciones cambiantes, reuniones de las administraciones hasta el último momento… y siendo conscientes de la mucha responsabilidad que recae sobre nuestros hombros en base a “la autonomía de los centros” y al “conocimiento de los mismos por nuestra parte”, si hay algo que tenemos claro es que cualquier decisión que se tome, por minúscula que sea, debe ser refrendada por cada uno de los órganos de gestión del centro que desde hoy, día 1 de septiembre, hemos comenzado a reunirnos para analizar cada una de las propuestas.
Os pedimos a todos los miembros de la comunidad educatica por tanto y más que nunca que sumemos para contribuir a mantener la calma porque “más vale dar un pasito bien dado, que intentar echar a correr antes de tiempo”.
Entendemos la gran preocupación de las familias pero sabemos también de vuestra enorme compresión ante nuestra labor, como nos habéis dejado claro en muchos correos al buzondelsierra@gmail.com durante el periodo vacacional, muchos de ellos con sugerencias, recomendaciones y ejemplos que sin duda nos servirán de gran ayuda para planificar la tan deseada por todas y todos “vuelta a las aulas” asegurada en fecha para el 10 de septiembre. Os agradecemos por tanto la paciencia que sabemos que una situación tan compleja requiere.
La siguiente infografía da a conocer el “cronograma” de reuniones previstas desde hoy hasta el jueves 10 de septiembre cuando podamos volver a mirarnos a los ojos e intuir en ellos la ilusión de nuestros niños y de nuestras niñas.
«Cuanto mayor es el obstáculo, más gloria hay en superarlo».- Molière.
