…Y estaba allí
yo no sabía
surgió de pronto
como una ráfaga
sin dueño
porque era ajena
y era mía
lo irrefutable
es que de ambos
no sé si para siempre
o para nunca
lo curioso es que cuando
me miro en sus ojos
es como si me enfrentara
con mi alma.
(Estaba allí. Mario Benedetti)